Que una empresa no funcione y eche el cierre es parte del funcionamiento de la economía. Pero si esto ocurre en el ámbito de lo público y en pueblos pequeños, la perspectiva cambia porque las decisiones erróneas no solo afectan a los teóricos propietarios. Es el erario el que da la cara y se responsabiliza de la quiebra.

Burguillos (Sevilla) vive, probablemente, la situación más inaudita de todo el territorio español. No solo por diferentes casos de corrupción que, desgraciadamente, es más común en política, sino porque la gestión de su exalcalde socialista José Juan López que llevó al Ayuntamiento a contraer una deuda, después de que la empresa municipal Burguillos Natural fuera a concurso en el año 2009. En esta mercantil, el consistorio llegó a invertir 30 millones de euros. Pero el asunto se ha vuelto más complicado ante la aparición de un fondo buitre norteamericano con sede en Nueva York, KSAC Europe Investments, que ha comprado 27 millones de euros de deuda y empezó a reclama el embargo de todos los bienes (tangibles o no tangibles) de la administración local, pero que no sean de servicio público. Es decir, podría afectar a saldos y activos bancarios, subvenciones de otras administraciones o locales que estén a nombre del consistorio.

Imagen creada con IA.

La ‘papeleta’ no es fácil para el actual alcalde, Domingo Delgado, del Partido Popular. Hace un mes se ha abonado un adelanto de 2,5 millones de euros que podría parar el embargo inicial. Es un municipio de apenas 6.600 habitantes y, por ejemplo, cuentan con un presupuesto de ingresos y gastos de casi 5,5 millones de euros para 2024. Ante una situación así, muchos podrían preguntarse cómo son los sueldos públicos de sus cargos electos. 

Su máximo mandatario estaría dando un ejemplo de ‘ahorro’, pues solo cobra asignaciones por asistencia a Plenos, como él mismo declaró en el mes de mayo en una entrevista con El Español. Delgado no especificó la cantidad de las mismas y el Portal de Transparencia tampoco recoge estos datos, aunque normalmente, en los consistorios de menor tamaño se fijan en un importe de entre 100 o 250 euros por cada asistencia. En la misma entrevista, Delgado afirmó que “el anterior alcalde llegó a cobrar 9.000 euros al mes. ¿Qué alcalde de España cobra eso? Ninguno”. 

El ISPA del Ministerio de Hacienda y Función Pública registró una dedicación exclusiva de 18.000 euros para el entonces alcalde. El actual lleva en el cargo desde junio de 2019, por lo que este es su segundo mandato consecutivo. En todo caso, por el número de población, la retribución máxima para el alcalde está fijada en 52.272 euros, según los Presupuestos Generales del Estado (PGE). 

El aspecto salarial es diferente para el resto del equipo de gobierno. En la actualidad, la que más percibe es la cuarta teniente de alcalde y concejal delegada de Bienestar Social, Sanidad y Consumo, quien con una dedicación al 100%, percibe 22.500 euros brutos anuales, según el acta del Pleno correspondiente. Otro edil tiene un salario de 20.250 euros con dedicación del 90%; tres de ellos cobran 17.000 euros cada uno al 75,5%; y otro, 13.950 euros al 62%. En esa misma sesión, también se aprobó el nombramiento de un funcionario eventual para funciones de confianza: José María Rodríguez Hermida. Con dedicación exclusiva, se le concedió un sueldo de 29.000 euros. Más que el de los propios ediles. 

De policía a político

Domingo Delgado Pino empezó su etapa en el Ayuntamiento de Burguillos como concejal en el año 2007 y hasta 2011. Después, se convirtió en alcalde de 2011 a 2015, para volver a ser edil ese año y hasta 2019, cuando ya pasó a ocupar su cargo actual. Su ficha en la página web del consistorio no específica ninguna titulación, aunque él ha afirmado en varias ocasiones ante los medios que antes ejercía como policía, ahora ya jubilado.  

En su última declaración de bienes y rentas publicada, registra tres bienes de naturaleza urbana, todos ellos ubicados en Burguillos. Además de otro de naturaleza rústica adquirido en el año 1998. En cuanto a vehículos, posee tres. Por otra parte, dispone de una cuenta corriente en el Banco Sabadell y otra en el Santander, en este último también tiene una libreta de ahorro. No específica los saldos de cada uno. No tiene ninguna participación en sociedades. También tiene un “caballar” como bien “semoviente” (esto significa un bien que puede moverse por sí solo, como los animales).