El caso más reciente es el de Torrelodones en la que su nueva alcaldesa cobrará 6.000 euros brutos más al año que su antecesor en el cargo

​¿Por qué algunos alcaldes se suben el sueldo nada más llegar al poder?

En la mayoría de las ocasiones, el cambio de mandato implica un aumento de salario que se aprueba en un pleno


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Seguro que la pregunta del titular te la has formulado en más de una ocasión. Con frecuencia, la respuesta es bien sencilla: porque tienen la facultad de hacerlo. Porque pueden. Tienen competencia para ello, cosa que el resto de mortales no, ya que la cuantía de tu nómina depende, entre otras cosas, del convenio laboral de tu sector y de lo que hayas podido negociar con la empresa. Otra cosa son las formas y los tiempos, pero como el régimen de retribuciones y dedicaciones de los concejales se fija al inicio de cada mandato, durante los próximos días y semanas leerás ejemplos variopintos. En todo caso, algunos sí tienen una justificación clara.


Por ejemplo, el alcalde que llega nuevo y tiene una dedicación exclusiva en comparación con el anterior, que la tenía parcial o solo percibía dietas porque el sueldo público lo cobraba de la diputación provincial. Pero, ¿es escandaloso subirse el sueldo en 6.000 euros brutos más al año? Al cabo de un mandato completo son 24.000 euros, sin contar los incrementos salariales por el IPC. Te contamos algunos ejemplos.


Almudena Negro

Almudena Negro, alcaldesa de Torrelodones.


Los últimos comicios del 28M nos han dejado nuevos equipos de gobierno en los ayuntamientos de toda España. Es decir, nuevos alcaldes y, en la mayoría de las ocasiones, nuevos salarios. Muchos de los recién elegidos representantes del consistorio se suben el sueldo en su primer mes de mandato. No solo en grandes capitales de provincia, sino también en localidades de menor tamaño.  


La cuestión se reabre tras hacerse público, con polémica, que PP y Vox van a duplicar el gasto en salarios y asesores en el Ayuntamiento madrileño de Torrelodones. Una circunstancia que ha enfurecido a la oposición. Concretamente, la partida destinada a estas funciones estaba fijada en 484.000 euros en el anterior mandato. Ahora, se dedicarán 1,1 millones. La cifra llama la atención para una localidad de unos 23.000 habitantes.


¿Cómo se repartirá esta subida? La nueva alcaldesa del municipio, la ‘popular’ Almudena Negro, ha aumentado su sueldo en casi 6.000 euros brutos anuales; pasará a cobrar 62.000 euros, mientras que el anterior alcalde ingresaba en torno a 56.000. Por parte de los concejales habrá quienes cobren 54.400 euros anuales y otros, alrededor de 49.000. La polémica no solo queda en esto, sino que el nuevo equipo de gobierno incorporará a nuevos asesores o personal eventual. En concreto, a siete, el máximo fijado por la ley. Tanto PSOE como Vecinos por Torrelodones, el anterior partido que gobernaba, han mostrado su desagrado ante estos hechos.


Polémicas

Las polémicas en esta localidad no son novedad. Así, en 2018, Sueldos Públicos se hizo eco de que el concejal del PP que intentó chantajear a la alcaldesa de la ciudad cobraba 6,6 veces menos que Elena Biurrun.


Frente a las críticas, el Partido Popular afirma comunicado “hay un claro intento del equipo saliente de tratar de boicotear el trabajo del equipo entrante”, según un comunicado de los conservadores consultados por este digital. Para Negro, el anterior alcalde, Alfredo García Plata, “no tenía eventuales, porque tenía todo lleno de carísimos chiringuitos externos a su servicio”.


Incluso el secretario de comunicación del partido, Óscar Fernández, ha denunciado que no ha existido traspaso de poderes en el consistorio de Torrelodones. “Nos hemos encontrado despachos de concejales en los que no había ni un bolígrafo. Además, varios miembros del equipo de gobierno saliente, a día de hoy, no han devuelto ni siquiera los dispositivos (móviles y ordenadores) propiedad del ayuntamiento”.


No son casos aislados

Torrelodones ha sido el caso más reciente, pero no el único, ni probablemente el último. No sabemos ciertamente qué cambia tras las elecciones para que cada uno tenga un sueldo diferente ni si estos están en consonancia con el trabajo de cada edil. En el anterior mandato, que de inició en junio de 2019, 23 de los 81 alcaldes de provincias y grandes ciudades, es decir un 28’4%, empezaron a cobrar más que sus antecesores en el cargo, según datos recogidos por El Confidencial.


Otro caso mediático conocido este martes en una ciudad que no es capital de provincia es Marbella, en la provincia de Málaga. Su alcaldesa, Ángeles Muñoz, cobrará casi 93.000 euros anuales (92.928), más que el presidente del Gobierno de España. Es lo máximo que puede ingresar para una ciudad de ese tamaño (161.000 habitantes). Así compensa la pérdida de ingresos tras dejar de ser senadora. En el anterior mandato solo cobraba las dietas del consistorio, algo más de 15.000 euros anuales, porque su nómina procedía de la Cámara Alta. En 2015, Muñoz cobraba 54.948 euros como alcaldesa de Marbella. Si comparamos, su compañera de filas en Valencia, María José Catalá, podrá ingresar unos 87.000 euros, si mantiene la cifra de su antecesor en el cargo, Joan Ribó.


En aquel momento, el caso más llamativo fue el de Inés Rey, en A Coruña, y es que la variación de su sueldo con su predecesor fue de un 72’5%. Precisamente, Rey ha estrenado su segundo mandato este mes de junio. Pasó de un salario de 40.000 euros, el de Xulio Ferreiro, a uno de 69.000.


La explicación de ello, tal vez, no contentó a muchos ciudadanos o no les pareció un argumento razonable, puesto que desde el consistorio coruñés señalaron que el objetivo de la alcaldesa era “equiparar los salarios de A Coruña con ciudades de tamaños similares”. Con, por ejemplo, la ciudad de Vigo en la que el sueldo de Abel Caballero también era de 69.000 euros. A Coruña tiene 247.000 habitantes, mientras que Vigo, unos 300.000.


Muchas de las grandes ciudades como Madrid, Bilbao, Sevilla han visto aumentados los salarios de sus máximos representantes en los últimos años. Pero en Barcelona, por ejemplo, ocurrió lo contrario. De los 109.000 euros de Xavier Trías a los 100.000 de Ada Colau. O el caso del anterior alcalde de Valencia, Joan Ribó, que redujo un 20% su sueldo público cuando llegó a la alcaldía en 2015 respecto de lo que cobraba Rita Barberá.


No obstante, hay que recalcar, que esto también ocurre en localidades de menor tamaño. Pego, en Alicante, es un ejemplo. En este municipio, de, aproximadamente, 10.000 habitantes, vieron cómo su alcalde, Enrique Moll del PSOE, pasó de tener un sueldo de 32.000 euros en el 2016 a uno de 47.000 en el año 2021. Una subida de más de un 46% en los últimos ocho años. Si hablamos de Nerja, con unos 21.000 ciudadanos, el caso es similar. En el último mandato, el ‘popular’ José Alberto Armijo aumentó su retribución de 49.000 euros a 60.000.


En Benavente poseía el cargo, hasta estas últimas elecciones, el alcalde mejor pagado de la provincia de Zamora: Luciano Huerga. Un sueldo que se había sometido ya a varias subidas. La última fue en este 2023 llegando a una retribución de 48.456 euros. En dos años, Huerga se subió un 7% su salario. Desde la oposición, el PP denunciaba que “cuanto peores son los indicadores de población y económicos de Benavente, mejor es su sueldo”.


De hecho, no hace falta ni superar los 500 habitantes para encontrar casos así. Hace menos de un año, Jordi Alcón, alcalde de Vistabella del Maestrat en Castellón, tuvo un incremento del 400% en su sueldo: de 6.000 euros anuales a 32.000. Las razones eran que hasta ese momento tenía dedicación parcial en el consistorio ya que trabajaba fuera de él. Así, la dedicación exclusiva al cargo aumentará su salario. El ayuntamiento de la localidad afirmó en un comunicado que el primer edil iba a ingresar menos que en su trabajo anterior y señaló que los alcaldes de los pueblos “sea cual sea su tamaño, deben recibir una retribución justa”.