Portugal bajará los sueldos públicos y privados un siete por ciento
En un discurso televisado, Passos Coelho ha enmarcado la medida dentro de un "esfuerzo de todos" para un "objetivo común", el de la recuperación económica y la lucha contra el desempleo. El paro es, según Passos Coelho, el "principal problema" del país.
Los trabajadores, tanto del sector público como del privado, verán cómo se incrementa en siete puntos porcentuales su cuota de contribución a la Seguridad Social y, en consecuencia, se reduce su salario neto. A cambio, los funcionarios recibirán una de las dos pagas extra que el Gobierno les había cancelado, aunque lo harán repartida en doce meses.
La aportación obligatoria de las empresas a la Seguridad Social, por su parte, caerá del 23,75 por ciento al 18 por ciento. Además, las modificaciones en el paquete de ajuste del Ejecutivo luso no
alcanzarán a los pensionistas, que seguirán sin recibir las dos pagas
extra que les corresponden en 2013 y 2014.
Carlos Zorrinho, líder parlamentario del principal partido de la oposición, el Socialista, calificó de inmediato como "insoportable" la nueva carga sobre los salarios y reprochó al Gobierno tanto los "enormes sacrificios" que ha exigido al país como el "fracaso" de su política económica por el aumento del desempleo y la recesión, según recoge una nota de la agencia EFE.
Dirigentes del principal sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP), y del Partido Comunista coincidieron en tildar las nuevas medidas de "robo" a los trabajadores para favorecer a los empresarios.
Las nuevas medidas fueron anunciadas por el líder conservador el mismo día en que se informó de un empeoramiento de la recesión que vive Portugal, atribuida por la oposición a la política del Gobierno, aunque Passos Coelho consideró que es causa de los problemas que ya arrastraba el país. El Producto Interior Bruto (PIB) luso registró en el segundo trimestre de este año una caída del 3,3 por ciento en relación al mismo periodo de 2011.
Portugal tiene, además, dificultades para reducir este año el déficit fiscal al 4,5%, como le exigen las condiciones del rescate de 78.000 millones de euros que obtuvo el año pasado de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).