El Ayuntamiento de un pueblo de Valencia se niega a facilitar información a un concejal de la oposición argumentando que “no se puede molestar a los funcionarios”

No se puede molestar a los funcionarios

El Consell de Transparencia de la Generalitat Valenciana estimó hace poco la reclamación interpuesta por un concejal de la Plataforma GuanyemSab-Compromís contra el Ayuntamiento de San Antonio de Benagéber.


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El Consell de Transparencia de la Generalitat Valenciana estimó hace poco la reclamación interpuesta por un concejal de la Plataforma GuanyemSab-Compromís contra el Ayuntamiento de San Antonio de Benagéber porque nuestro concejal solicitó varias veces información sobre la calidad del agua del municipio y el Consistorio no se la facilitó y argumentó que “no se puede molestar a los funcionarios”.


Esta anómala situación lleva a una reflexión. En estos tiempos, la transparencia, junto con la participación ciudadana, es el único camino. Pero ¿por qué hay que ser transparente?


Es un derecho de la ciudadanía. Tenemos derecho a saber qué hacen los gobiernos y las instituciones. Y las administraciones están, ya no sólo legalmente, si no moral y éticamente obligadas a poner a disposición pública cada paso que dan, con la estricta excepción del derecho a la protección de datos.


Transparencia Sueldos Públicos


Existe la posibilidad. En esta era de ingentes posibilidades digitales carece de sentido no poner a disposición de la ciudadanía los documentos públicos. Y no sólo aquellas materias de contenido económico. Se debe abogar por dar la posibilidad de información al ciudadano en cualquier proceso de derivación pública. Se debe poder acceder a comprobar cómo está el agua de mi grifo, cómo se ha hecho un contrato de servicios, cómo se da una subvención, cómo se realiza una compra, cómo se usan los medios públicos, cómo se selecciona al personal, por qué pago tal o cual impuesto o tasa, dónde están las normas que me regulan, cuál es la agenda pública de los representantes, cuánto cobran y cuánto pagan, etc.


Hay diversidad en la composición de las cámaras de representación. Las elecciones más recientes han dado como resultado un fraccionamiento de las cámaras de representación no experimentada desde hace mucho tiempo. Consecuencia de ello es la formación de gobiernos de distintos ámbitos con diferentes composiciones. Al igual que la oposición de esas cámaras, que también es más diversa. Los gobiernos ‘multipartitos’ o en minoría tendrían que dar cuenta a unos y a otros de sus actuaciones. La negociación se convierte, pues, en una necesidad a la hora de tratar sobre materias que anteriormente se decidían en un ámbito monopartidista y con pocas o ninguna explicación. Ahora no. Ahora toca bregar, dialogar, convencer y consensuar. Y para esto, además de la lógica voluntad, hace falta ser transparente. Y serlo desde la incoación de un asunto. Porque si éste acaba en la cámara de representación nos podemos encontrar que no es aprobado en el momento final.


Existen controles de Transparencia. La legislación nacional y la autonómica acotan el edificio de cristal que nos permite mirar a través de él. Sin duda una buena noticia de inicio. Pero queda un recorrido todavía por desarrollar. Pero, más allá de los imperativos legales, siempre estará la actitud de los gobernantes y de los directivos de las administraciones. No sólo hay que ser transparente porque obligue la legislación. Es cuestión de actitud, de creer en ella y practicarla.


¿Qué es mejor, la transparencia pro activa o reactiva? Si bien se avanza hacia la transparencia, se hace de un modo reactivo. Esto es, la ciudadanía podrá tener el derecho de acceso a tal o cual información, pero tendrá que iniciar una serie de acciones para poder alcanzar su objetivo de encontrar información. ¿Sería posible que la información llegara o fuera de fácil acceso sin tener que solicitarla? Sí. Gran parte de la población llevamos encima un teléfono inteligente. Como otras tantas aplicaciones existentes, no resulta complejo diseñar un flujo pro activo de información desde la administración hacia la ciudadanía que sólo requiera hacer clic y ver el contenido o, por el contrario, desecharla.


San Antonio concejales Sueldos Públicos

En el centro, Orozco, junto con el resto de concejales del Grupo Municipal. 


Hay que publicar los aciertos y desaciertos. Se tiende a publicar los aciertos, a modo de propaganda, y ocultar los desaciertos. Pero aquello que se oculta acaba despertando la curiosidad de alguien. Y si logra encontrar la información ocultada puede provocar un efecto bumerán que acabe perjudicando más a aquel que la ocultó. Las redes sociales “las carga el diablo” y una publicación puede convertirse en viral y alcanzar una relevancia que no habría alcanzado si se hubiese publicado desde el inicio.


Es un antídoto. Frente a los rumores, informaciones torcidas o simplemente mentiras no hay mejor antídoto que la transparencia. Vacunarse con transparencia deja poco camino a las falsas informaciones. Por eso, resulta un remedio eficaz contra las gripes contagiosas de falsedad. Es mejor el remedio que la enfermedad.


Y si se suma a la Transparencia la Participación Ciudadana con mecanismos para poder compartir decisiones, mejor. Pero este tema forma parte de otra reflexión. Con ambos conceptos normalizados nos iremos pareciendo cada vez más a democracias más avanzadas.


Por todo esto, y muchas razones más, la transparencia ha de estar presente en nuestra vida pública. ¡Bienvenida transparencia! Algo necesario que viene para quedarse.


Artículo de Ramon Orozco Mora.

Concejal portavoz del Grupo Municipal Plataforma GuanyemSAB Compromís en el Ayuntamiento de San Antonio de Benagéber. (Valencia, 9.000 habitantes).

Militante de Compromís (Iniciativa del Poble Valencià).

Licenciado en Psicología, especialidad en Organización.

Funcionario de la Seguridad Social.

Actor.


Imágenes: Pixabay (janeke88) y Plataforma SAB.