Estamos en el puesto 35 de un total de 180 países, con 60 puntos sobre 100, según un informe de Transparencia Internacional de 2022

​10 motivos por los que España sigue empeorando sus ‘notas’ en materia de corrupción desde 2020

Dinamarca (90/100), Finlandia (87/100) y Noruega (84/100), los mejores de la lista


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El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2022, publicado este martes por Transparency International, muestra que España no avanza en sus esfuerzos de prevención y lucha contra la corrupción, bajando de nuevo un punto con respecto al año pasado y obteniendo una puntuación de 60/1001. Con esta calificación, España ocupa la posición 35/180 del ranking global del IPC, junto con Botswana, Cabo Verde y San Vicente y las Granadinas. Desciende así un puesto con respecto al IPC2021 y de tres con respecto al IPC2020.


Por otro lado, España se mantiene en el puesto número 14/27 de los Estados Miembros de la Unión Europea, dos puntos por debajo de Portugal y Lituania (62/100) y sólo un punto por encima de Letonia (59/100). De acuerdo con la metodología del IPC, una diferencia de un punto de un año a otro no constituye un descenso estadísticamente significativo. Sin embargo, una caída por segundo año consecutivo es una clara señal de riesgo y peligro de seguir descendiendo en el año siguiente. Ello refleja que en España sigue latente un nivel de factores que incide en el buen funcionamiento de las instituciones democráticas y elevan el riesgo de corrupción.


En relación con las distintas fuentes utilizadas España se ha visto principalmente afectada por su descenso en los parámetros medidos en el Global Risks Report 2022 del Foro Económico Mundial (WEFGRR), según el cual España ha obtenido una peor puntuación en la dimensión referida a la categoría de pagos irregulares en servicios públicos, exportaciones e importaciones y decisiones judiciales en casos de corrupción.


10 motivos

En su conjunto, sin embargo, hay otras causas señaladas en diversas fuentes que no se pueden soslayar y que han afectado a la valoración de conjunto que hace el IPC. En este sentido, 1) nuestro país sigue sin cumplir los estándares que marca el Consejo de Europa sobre los consejos generales de la judicatura; 2) sigue retrasada en la regulación adecuada de los grupos de interés; 3) incompatibilidades y prevención de conflictos de interés del personal al servicio del sector público; 4) retraso notable en relación con la adopción de un nuevo marco regulatorio de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno; 5) seguimos sin aprobar la ley de protección de las personas que informen sobre infracciones y de lucha contra la corrupción.


Por otro lado, otros factores reseñables son el manteniendo del 6) programa de los llamados “visados dorados”; 7) falta, todavía, de creación del Registro central de Titulares Reales; 8) varios de los compromisos asumidos por las Administraciones Públicas en el marco del IV Plan de Gobierno Abierto aún no se han cumplido. Finalmente, otro punto destacable es que, a pesar de lo que dispone el Código de Conducta de las Cortes Generales, 9) más de la mitad de los parlamentarios no publican sus agendas institucionales y las que se publican contienen información absolutamente desigual, así como la 10) inexistencia de transparencia de las reuniones que se mantienen con grupos de presión. Todos estos aspectos inciden de forma patente en nuestra capacidad para seguir avanzando en materia anticorrupción.


Es evidente, como ha señalado, Silvina Bacigalupo, presidenta de Transparency International España, que “a pesar de que el año pasado constatábamos la existencia de una potente agenda legislativa para la prevención y lucha contra la corrupción que parecía augurar que el descenso sufrido en el IPC 2021 se podría haber recuperado de haberse materializado de forma efectiva las reformas legales anunciadas, hoy constatamos que las demoras en sacar adelante las reformas legales necesarias han pasado factura y se vuelve a descender un punto. Por eso hoy, hacemos un llamamiento al Parlamento para que no demore más en sacar adelante las leyes necesarias destinadas a la prevención de la corrupción y al refuerzo de la transparencia y la rendición de cuentas”.


Datos a nivel mundial

El IPC 2022 muestra que el 95 % de los países ha avanzado poco o nada desde 2017. La media mundial del IPC se mantiene por undécimo año sin cambios con un 43/100, y más de dos tercios de los países ostentan un problema grave de corrupción, con una puntuación inferior a 50/100. El IPC clasifica a 180 países y territorios según sus niveles percibidos de corrupción en el sector público, medido a través de datos obtenidos de 13 fuentes expertas externas, en una escala de cero (muy corrupto) a 100 (muy transparente). Dinamarca (90/100) encabeza el índice este año, seguida de cerca por Finlandia y Nueva Zelanda, ambas con 87 puntos sobre cien.


La solidez de las instituciones democráticas y el respeto de los derechos humanos hacen también de estos países algunos de los más pacíficos del mundo, según el Índice de Paz Global. Sudán del Sur (13/100), Siria (13/100) y Somalia (12/100), todos ellos inmersos en conflictos prolongados, se mantienen, por su parte, en los últimos puestos del IPC. Finalmente, 26 países -entre ellos Qatar (58), Guatemala (24) y Reino Unido (73)- se sitúan este año en mínimos históricos.


Datos a nivel europeo

Con una puntuación media de 66 sobre 100, Europa Occidental y la Unión Europea (UE) vuelve a ser la región mejor valorada en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC). Sin embargo, también hay que señalar que el progreso y las mejoras se han estancado en la mayoría de los países durante más de una década. De los 31 países de la región, sólo seis han mejorado su puntuación, mientras que siete la han empeorado. Los países con mejor puntuación en 2022 son Dinamarca (90/100), Finlandia (87/100) y Noruega (84/100). 


Aunque los países nórdicos siguen situados en los primeros puestos del IPC (junto con los mencionados, también Islandia (74/100) y Suecia (83/100) el análisis muestra que se han estancado en el índice fundamentalmente porque aún deben subsanar algunas deficiencias de sus marcos de integridad política. Los peores resultados los obtuvieron Rumanía (46/100), Bulgaria (43/100) y Hungría (42/100). Y cabe destacar que diez países han registrado la puntuación más baja de su historia, entre ellos el Reino Unido (73/100), que ha bajado cinco puntos desde el año pasado.


El cambiante panorama de seguridad que se está viviendo en Europa Occidental y la UE desde la invasión de Ucrania (33/100) por Rusia (27/100), así como la inminente recesión, exigen respuestas contundentes por parte de los gobiernos. Mientras la región se enfrenta a la agudización de la crisis del coste de vida y al aumento del riesgo de disturbios civiles, los ciudadanos buscan integridad y eficacia en las instituciones. Sin embargo, el interés público se ha visto comprometido, ya fuera por poderosas industrias o por agentes extranjeros, y la Unión Europea ha sufrido un duro golpe tras el escándalo de corrupción sin precedentes ocasionado por el denominado Qatargate. Por ello, reiteramos la urgencia de adoptar medidas anticorrupción realmente sólidas y sistemáticas en la región.


Corrupción y seguridad

El Índice de Percepción de la Corrupción de este año revela que 124 países tienen niveles de corrupción estancados, mientras que aumenta el número de países en declive. La pandemia Covid-19, la crisis climática y las crecientes amenazas a la seguridad en todo el mundo están alimentando una nueva ola de incertidumbre. Este año, por ejemplo, el Índice de Paz Global6 muestra que el mundo continúa siendo un lugar menos pacífico. En un mundo ya de por sí inestable, los países que no adoptan medidas eficaces contra la corrupción agravan estos efectos, lo que implica gravísimas consecuencias, ya que la corrupción y el conflicto se alimentan mutuamente y amenazan la paz duradera. No es de extrañar, por tanto, que la mayoría de los países que ocupan los últimos puestos del IPC sufren actualmente conflictos armados o los han sufrido recientemente.


La invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022 fue un crudo recordatorio de lo que esta amenaza constituye para la paz y seguridad mundiales; la combinación de corrupción, autoritarismo, ataques al espacio cívico y recesión económica ha resultado especialmente fuerte y volátil en Brasil (38/100) y tras décadas de conflicto, Sudán del Sur (13/100) tiene a más de la mitad de su población enfrentada a una grave inseguridad alimentaria, agravada por el altísimo nivel de corrupción e inseguridad en el país.