“¿Una empresa de transporte público contrata a una empresa de transporte privado? ¡Pensadlo! Este es el búnker de TMB y así se gasta el dinero”.

El que exclama indignado es el concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Garganté. Resulta que esta semana convocó a los medios de comunicación para celebrar una rueda de prensa y airear los sueldos de varios altos cargos de la empresa pública Transport Metropolità de Barcelona (TMB). Más que nada porque había que argumentar que la huelga de transporte público en la Ciudad Condal con el follón del Mobile World Congress de por medio sí tenía justificación alguna y de paso le hacía la zancadilla a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau.

Garganté, que compagina su cargo político con el trabajo -ahora a tiempo parcial- de conductor de autobús es afiliado a la sectorial de autobuses del sindicato COS. Pues bien, en su condición de cargo público, ha entrado a formar parte del Consejo de Administración de TMB, el máximo órgano de la empresa. Lo que pasa es que como vocal del Consejo, ha tenido acceso a unos datos que demandaban desde hacía tiempo los sindicatos: los sueldos públicos de los directivos.

Te habrás dado cuenta del fuego cruzado. Por un lado, la alcaldesa de la ciudad, Colau, dejando a los pies de los caballos a los empleados, diciendo la semana pasada que los trabajadores del metro cobran, mínimo, 29.000 euros brutos anuales y que la media está en 33.000 y por otro, el de la CUP, sacando las retribuciones de los directivos. No te olvides que los sindicatos han explicado que la masa salarial de los altos directivos de la empresa pública, 313 personas en 2014, había aumentado un 14,27%. Es decir, que se llevaban al bolsillo 1,42 millones de euros más. Los sindicatos, por descontado, niegan las cifras de Colau.

Los sueldos de los directivos

El que fuera vicepresidente de TMB, Dídac Pestaña, cobraba 161.000 euros brutos anuales, según la CUP. Ya no está en la empresa. Fue alcalde de Gavà entre 1985 y 2005. Fue sustituido por Antonio Poveda, exalcalde de Sant Joan Despí, también del PSC.

Garganté explica que el actual consejero delegado de TMB, Enric Cañas, cobra 105.000 euros brutos anuales. Recuerda que el sueldo de presidente del Gobierno no llega a los 79.000 euros en 12 pagas. Cañas trabajaba para ICV-Entesa y su sueldo se aprobó con el voto contrario del propio Garganté y encima el contrato de Cañas no lo vio nadie del Consejo de Administración de la empresa pública. ¡Viva la transparencia! Pensarás. Además, el adjunto al consejero delegado y exconsejero de TMB por ICV, Pau Noy, percibía 60.000 euros, “con los pluses y beneficios sociales incluidos. Garganté denuncia incluso que el director de marketing de la empresa se eligió “vía digital, a dedo”. ¿Te suena esta melodía?

“Por si no fuera suficiente, los directivos fuera de convenio de TMB tienen una mutua de salud privada, DKV, y ahora querían con dinero público promocionar las mutuas sanitarias entre los que estamos dentro del convenio. Por suerte hemos conseguido echarlo atrás”, explica Garganté.

El concejal de la CUP explica que TMB “se ha gastado 900.000 euros en cien parkings privados” y ha destinado “170.000 euros al año” a la empresa Autocares Congosto para “traer gente a las oficinas”. “¿Una empresa de transporte público contrata a una empresa de transporte privado? ¡Pensadlo! Este es el búnker de TMB y así se gasta el dinero”. ¿Cómo te has quedado?

Fuente de la fotografía: www.trenscat.com

Noticias relacionadas