Operación de colon, molestias en la rodilla y aplazamiento de viajes. El Papa Francisco tiene 85 años, no descarta renuncia a cargo por motivos de salud y, según las informaciones publicadas este fin de semana, parece que está preparando su sucesión. En este sentido, el sábado se celebró la investidura de 20 nuevos cardenales en una ceremonia solemne en la basílica de San Pedro en el Vaticano. ¿Y esto tiene importancia? Sí, porque 16 de ellos tienen derecho a votar en el cónclave para la elección de su sucesor. Recuerda lo de la chimenea con humo de color gris o blanco. 

El 13 de septiembre, el Papa Francisco cumplirá nueve años y medio en el cargo. Hasta entonces, habrá elegido 83 cardenales del total actual de 132 electores, es decir casi dos tercios. Los números no son casuales ya que se necesita una mayoría de dos tercios para la elección del papa. Uno de los objetivos de este jesuita de Buenos Aires es hacer una Iglesia menos europea, más próxima a los desamparados con nombramientos de cardenales de África y Asia.

Da la casualidad de que hace año y medio, aproximadamente, en marzo de 2021, en plena pandemia por la Covid-19, el Papa ordenó una reestructuración a la baja de los salarios de la curia romana. Así, se rebajó un 10% el sueldo a los cardenales, un 8% el de los jefes y secretarios de dicasterios (ministerios vaticanos) y un 3% de los religiosos. Sin embargo, no se tocó la nómina de los laicos. Si quieres conocer lo que cobra el Papa Francisco y su antecesor, Benedicto XVI, haz clic en este enlace. Si por el contrario, quieres saber el sueldo de los sacerdotes en España lee este artículo.

La finalidad, ante el desplome de los ingresos por el escaso turismo como consecuencia de las restricciones para viajar y el miedo a contagiarse en un avión, era “tomar medidas para la contención de gastos para el personal de la Santa Sede, la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano y otros organismos relacionados. El documento, firmado por el pontífice, reflejaba los números rojos de la Santa Sede durante varios años. La pandemia de la Covid-19 “ha tenido un impacto negativo en todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano”. El ajuste del cinturón "tiene el objetivo de salvar los puestos de trabajo actuales", escribió Francisco. 

Afortunadamente, los empleados con una retribución más baja no se vieron afectados para esta disminución del salario. Se trata de trabajadores laicos de menor rango. No obstante, sus aumentos salariales previstos cada dos años se congelaron en consonancia con las medidas de austeridad. Los únicos que han seguido con el aumento salarial previsto son los trabajadores laicos peor pagados.

Según informaciones publicadas por varios medios, los cardenales del Vaticano perciben entre 4.000 y 5.000 euros mensuales. Además, viven en grandes apartamentos con precios de alquiler por debajo del valor de mercado.