Delaware sigue instalado en el terreno de la opacidad y el amiguismo

​ProtonMail: ¿Te imaginas que un servidor de correo electrónico solo se pueda fiscalizar en Suiza?

Un ejemplo para conocer el funcionamiento de las prácticas corruptas y los tratos de favor que frecuentan en la Corte Suprema de Delaware


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Hace unas semanas, contábamos cómo dos empresarios habían conseguido una millonaria comisión con la venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid durante los peores meses de la pandemia por la Covid-19. Y todo gracias a que un contacto les facilitó una dirección de correo electrónico de un cargo directivo, a la vez funcionario, del propio consistorio para iniciar las gestiones. El asunto ya está en manos de la justicia y los implicados están siendo investigados y ya han declarado en los tribunales.


Imagina por un momento que ese servicio de correo electrónico no pudiera ser fiscalizado en España y no hubiera manera de perseguir el delito y resarcir el daño al erario. Una cosa parecida, pero con otro contexto, está ocurriendo en Delaware, el famoso estado de la costa este de Estados Unidos que sigue instalado en el terreno de la opacidad y el amiguismo.


protonmail


Y es que usar un servicio de correo electrónico concreto para enviar mensajes en la Administración Pública de Estados Unidos, pero que solo responde ante la justicia de Suiza no es lo ideal a la hora de valorar el nivel de transparencia de un ente. Más si hay de por medio un exjuez, un bufete de abogados, filtraciones y favoritismos.


Todo esto ha ocurrido en Delaware, uno de los estados más atractivos para crear y registrar negocios, con un marco legal beneficioso y flexible, con menos de un millón de habitantes, pero con más empresas que vecinos censados y un historial de corrupción y opacidad que sigue sin desaparecer. Da la casualidad de que durante 36 años, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue senador de este estado, su lugar de residencia habitual antes de acceder a la Casa Blanca.


El caso ProtonMail

Con el tiempo continúan desvelándose episodios que explican la opacidad del sistema judicial de Delaware. La última, el uso del servicio de correo electrónico ProtonMail, levantando un muro más en la obstaculización de la transparencia de los procesos de la Corte Suprema de Estados Unidos. Un servidor web que puede usarse en todo el mundo, -cuenta con más de 25 millones de usuarios- pero que solo responde ante la justicia de Suiza, de forma que ninguna investigación estadounidense puede acceder a la información del correo, garantizando que los chanchullos y favoritismos del exjuez André Bouchard y sus amigos de firmas de abogados de élite como el bufete Skadden no se filtran en forma de email.


Esta información se suma a las pruebas que evidencian fallos en el sistema judicial de Delaware: ausencia de cámaras de seguridad en las salas judiciales, la negación a revelar los sueldos públicos de los jueces, no tener trazabilidad de los documentos administrativos o las nulas restricciones que se presentan ante la incorporación de jueces que provengan del sector privado.


La asociación ciudadana Citizens for a Pro Business, que ha abanderado la lucha ciudadana por devolver a Delaware al terreno de la transparencia y la competitividad, ha mostrado su rechazo a través de su portavoz palabras de su Chris Coffey: “Cuando figuras como André Bouchard continuamente se posicionan a favor de sus amigos y excompañeros en firmas de abogados de élite a costa de la gente y usan el notorio servicio web encriptado ProtonMail para llevar sus negocios, deja claro porque la mala reputación de Delaware en corrupción y favoritismo continúa candente”.


Billions, la corrupción en una serie de televisión

La aclamada serie “Billions” de Showtime muestra en el capítulo “Implosión” de su quinta temporada la corrupción y los tratos a escondidas que abundan en los juzgados de Delaware con un ejemplo de libro: Mike Prince, el que fuera exvicepresidente con Donald Trump, es uno de los personajes de la serie y rival multimillonario de Axelrod con miles de millones invertidos en corporaciones en el estado, visita al fiscal general de Delaware y amenaza con trasladar sus empresas a otro lugar, dejando que el fiscal tenga que explicar los miles de puestos de trabajo esfumados. Este accede rápidamente a las peticiones de Prince y ofrece nombrar a un miembro de confianza para la junta del banco de Axelrod que podrá hacer daño desde dentro. La serie, a todas luces, explica el funcionamiento de las prácticas corruptas y los tratos de favor que frecuentan en la Corte Suprema de Delaware.


Es más, el hijo de Biden, Hunter Biden escribió en marzo de 2018, cuando tenía asuntos pendientes, que presentaría “la demanda en el Tribunal de Cancillería de Delaware -que como saben es mi estado natal, y tengo el privilegio de haber trabajado y conocer a todos los jueces del tribunal de cancillería”, tal y como recogió el Washington Post.


Uno de los casos más conocidos de falta de transparencia y rendición de cuentas en Delaware fue el ocurrido en la empresa TransPerfec. En un artículo publicado por este digital en marzo del año pasado explicamos que el juez de la Corte Suprema de Delaware, André Bouchard, decretó la venta forzosa de esta compañía privada del sector de la traducción que generaba beneficios y daba empleo a 4.000 personas. Su segunda delegación más numerosa está en España. Afortunadamente, la venta forzosa de la firma se resolvió con la compra del accionista mayoritario que decidió implementar mejoras en la empresa.