Hace unos días te contábamos qué estaban haciendo las autoridades políticas de Ucrania para combatir la corrupción, incluso antes de la invasión de Rusia y los movimientos posteriores de la OTAN. Es bien conocida la pésima opinión que tiene la mayoría de la población de Europa del Este de sus funcionarios y clase dirigente. Ya sabes, los sobornos están a la orden del día en cualquier ámbito de la vida. La mayoría de los problemas cotidianos se solucionan con dinero. Lo llaman corrupción de baja intensidad y afecta a todos los estratos administrativos.

¿Y Rusia? ¿Sale bien parada en cuanto a transparencia y rendición de cuentas? La verdad es que no. Y las dos etapas de Vladímir Putin al frente del Kremlin no han servido para apreciar avances significativos. Todo lo contrario, cada año es peor.

El 31 de diciembre de 1999, Putin se convirtió en el presidente interino de Rusia ante la renuncia Boris Yeltsin. Según el Ranking de la Corrupción que publica Transparencia Internacional, el país ocupaba el puesto 82º de una lista de 180 estados y el Índice de Corrupción era de 24 sobre 100. Éste índice clasifica a los países con una puntuación de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de muy bajos niveles de corrupción) en función de la corrupción del sector público que perciben sus habitantes. Los países escandinavos suelen sacar buenas notas, con calificaciones que superan los 80 y 90 puntos. España se queda en 61 puntos y en una posición 34º.

En mayo de 2000, Putin juró el cargo y el Índice marcó 21 puntos, al igual que en 2010. Doce años después, solo ha conseguido mejorar la ‘nota’ hasta los 29 puntos en 2021, muy lejos del aprobado. Pero lo peor es que el Ranking todavía deja en evidencia la baja calidad democrática de la Rusia de Putin. Hace 23 años, el ex agente de la KGB se encontró con un país en la posición 82º. Al terminar su primer mandato, en 2004, ya había caído hasta la 90º y cuatro años después se desplomó a la 147º. Entre 2008 y 2012 no pudo repetir como presidente de la Federación de Rusia, pero fue primer ministro. Todavía se desplomó hasta el 154º en 2010. Se presentó de nuevo en 2012 y había mejorado algo, posición 133º. El año pasado se quedó en la 136º. 

En suma, Rusia ha caído 54 puestos en el Ranking de la Corrupción en los últimos 21 años, 17 de ellos bajo la presidencia de Putin. Está en una posición similar a Angola. Su vecina Bielorrusia ocupa el puesto 82º con un índice de 41 puntos sobre 100. En cambio, Ucrania va por detrás, puesto 122º y 32 puntos.

Medidas

En noviembre de 2006, sexto año de presidencia de Putin, se implementaron medidas para atajar la corrupción en el ámbito judicial y controles más severos sobre las rentas y patrimonio de los funcionarios del país. En este sentido afirmó que "la lucha contra la corrupción en el sistema judicial y la aplicación de leyes por parte de las cuerpos judiciales deben ser más efectivos". Según datos oficiales, recogidos por Europa Press, los sobornos anuales que reciben los funcionarios rusos sumaban 189.000 millones de euros hace 17 años, el equivalente al ingreso total del Estado. 

Diez años después, en enero de 2016, y durante una reunión del Consejo Presidencial para la Lucha Contra la Corrupción, Putin reconoció que, pese a que la legislación rusa anticorrupción es similar a otros países, los resultados no son del todo satisfactorios. Además, cifró en más de 8.800 los funcionarios procesados en los nueve primeros meses de 2015 por casos de corrupción. Otros 11.000 recibieron una sanción. 

Si comparamos, La Rioja cuenta con unos 12.500 empleados públicos solo en la administración autonómica, 17.800 contando la local y estatal. Entre otras medidas, Putin llamó a combatir el problema crónico de los sobornos y a perfeccionar el mecanismo de incautación de activos y propiedades adquiridas ilegalmente o transferidas a otros países.

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