Las personas con movilidad reducida siempre han vivido un cúmulo de dificultades a la hora de acceder a viviendas y lugares de trabajo, sobre todo por falta de accesibilidad y por los altos costes que supone adaptar los espacios. Sin embargo, esto ya no es un problema gracias a empresas como Farré Accessibilitat, que trabaja con la última tecnología para subsanar todas estas barreras. En esta compañía se dedican especialmente a las sillas salvaescaleras, una de las herramientas más útiles a la hora de desplazarse entre zonas de una vivienda y otros inmuebles con diferentes niveles.

Las barreras arquitectónicas están presentes en todos los aspectos de la vida cotidiana. Sin ir más lejos, el hemiciclo del Congreso de los Diputados no está pensado para personas con movilidad reducida. Por este motivo, el año pasado presentó un presupuesto de 258.230 euros para permitir la accesibilidad del diputado deUnidas Podemos, Pablo Echenique. La Cámara cuenta ahora con una plataforma elevable para que el portavoz 'morado' pueda llegar a su escaño que está situado en la segunda fila detrás de los bancos azules. Sin embargo, este proyecto no contempló la posibilidad de adaptar también el acceso a la tribuna de oradores o a escaños situados en el llamado ‘gallinero’.

Por otro lado, el Gobierno aprobó en 2020 un presupuesto para destinar 2,6 millones de euros para promocionar la autonomía personal de las personas con discapacidad física, psíquica o sensorial. Esta ayuda pretende compensar los gastos ocasionados por la adquisición de estos tipos de productos, adaptación del hogar o del vehículo, etc. Estas subvenciones van desde los 300 euros hasta los 3.500 euros, dependiendo del tipo de necesidad. Para acceder a estas hay que tener mínimo un 33% de discapacidad y cumplir con los requisitos establecidos.

Al igual que existen este tipo de sillas, hay muchas otras maneras para facilitar la accesibilidad: las plataformas elevadoras o salvaescaleras también son de gran ayuda. Este tipo de sillas son muy ventajosas a la hora de adaptarse a los hogares. Por ejemplo, la instalación en todo tipo de escaleras, ya sean rectas o curvas o su fácil manejo que da mucha independencia a la persona para poder aumentar su movilidad sin depender de nadie.

Existen principalmente dos tipos diferentes de sillas. Las primeras, y más comunes, son para escaleras rectas. Estas son rápidas de instalar y bastante económicas. Las segundas, hechas a  medida, son para escaleras curvas. Pese a que su instalación sea algo más complicada, permite adaptarse a casi la totalidad de estas superficies.

Las sillas salvaescaleras son una de las herramientas más seguras que existen, ya que disponen de un sistema de seguridad formado por dos piezas esenciales. El más común es el cinturón de seguridad y un conjunto completo de sensores que detienen el aparato si encuentra un obstáculo en su camino.

Si un modelo destaca por sus cualidades es específicamente la silla salvaescaleras para escaleras curvas Flow X. Según sus creadores, es la mejor solución para las escaleras estrechas y empinadas de hasta 72º. Otra de las facilidades de esta es que se instala sobre la propia escalera y  no en la pared, por lo que se haría rápidamente.

Otra cualidad de estas sillas es su tamaño, ya que las partes fundamentales de la estructura (asiento, reposabrazos y reposapiés) son abatibles para cuando no están en uso. Si se encuentra plegada, la escalera ocupa cerca de 34 centímetros de grosor, lo que deja suficiente espacio incluso en las escaleras más estrechas de edificios antiguos.

Farré es una empresa familiar radicada en Cataluña que ofrece trato personal y directo con el cliente sin intermediarios ni comisiones. Además del diseño y de la instalación también son ellos los responsables del mantenimiento y las reparaciones, dado que todos sus productos vienen directamente de fábrica.