El tráfico crece en el aeropuerto de Huesca. La temporada de esquí, la principal justificación de Aena para programar la construcción de un aeropuerto en la zona, se ha saldado con un total de 88 pasajeros, un 75% más que en la anterior campaña. ¿Éxito o fracaso?

Pues parece que más bien lo segundo si consideramos que la temporada alta de esquí dura cinco meses, de diciembre a abril, y que el aeropuerto no ha logrado llegar a la cifra de un pasajero diario.

Además, la media de usuarios de las instalaciones, lejos de remontar, sigue cayendo. En los casi seis años que lleva abierto (desde 2007), suma 21.668 pasajeros, es decir, a razón de algo menos de diez viajeros al día. Hace unos meses, antes de empezar esta “temporada alta”, la medida rondaba los 12 pasajeros diarios.

Inversión, deuda y pérdidas millonarias

Según los últimos datos de Aena, correspondientes al año 2011, mantener abierto el aeropuerto de Huesca cuesta unos 4,76 millones al año, es decir, algo más de 400.000 euros al mes. ¿Merece la pena hacerlo para menos de un pasajero al día?

Además, construir las instalaciones costó 40 millones de euros, aunque por entonces nadie se escandalizó, puesto que el aeropuerto estaba llamado a convertirse en punto de partida y llegada de miles de esquiadores del Pirineo aragonés cada año. Pero llegó la crisis y, con ella, muchos esquiadores redujeron sus visitas y vaciaron aún más el aeropuerto.

Según los últimos datos de Aena, en 2011, el aeropuerto de Huesca registró unas pérdidas netas de 4,47 millones de euros y acumulaba una deuda de 70,67 millones de euros. En 2010, perdió otros 4,36 millones.