Rivera gana más dinero en la oposición que como posible vicepresidente del Gobierno de España
El líder de Ciudadanos lleva cobrando sueldos públicos en política desde 2006. Antes trabajó como letrado en La Caixa
Actualizado el 11 de noviembre de 2019.
Albert Rivera ha dimitido de su cargo como presidente de Ciudadanos. Deja el escaño y abandona la política.
Albert Rivera lleva cobrando sueldos públicos en política desde 2006. Antes trabajó como letrado en La Caixa. Ha sido diputado autonómico en el Parlament de Cataluña durante nueve años, entre 2006 y 2015 y ocupa un escaño en la Carrera de San Jerónimo desde enero de 2016. El partido que preside le paga un sueldo por sus tareas orgánicas y su grupo parlamentario, otro, además del que percibe como diputado por Madrid. Lo pudimos comprobar hace unos días al hacerse públicas las declaraciones de bienes y rentas de sus señorías.
Atrás queda, como dato desfasado y no actualizado, sus afirmaciones en una televisión en las que reconocía que su sueldo venía a ser de unos 3.000 euros netos. Por aquel entonces proponía más transparencia en las remuneraciones de los políticos y que se tributase por toda la cuantía, no como ahora, que la indemnización para gastos de manutención y alojamiento es libre de impuestos y encima se cobra 14 veces al año, cuando está demostrado que hay diputados que durante varios períodos del calendario de sesiones no viajan a Madrid o incluso hay decenas que tienen casa en la capital pero cobran los 1.921 euros mensuales por ser diputados de provincias.
Atrás queda, también, porque no ha tenido recorrido en estas pasadas elecciones, su propuesta de aumentar el sueldo del presidente del Gobierno a entre 250.000 y 300.000 euros brutos anuales. La formuló a mediados de noviembre de 2015, en un encuentro con internautas en El País, en plena precampaña electoral para el 20 de diciembre de ese año. Esa cifra multiplicaría, al menos, por tres, el actual sueldo del inquilino de La Moncloa. La iniciativa no venía recogida en el programa oficial de la formación naranja y tampoco se ha insistido en estos últimos comicios. La cantidad supera la asignación del jefe del Estado. Felipe VI cobró 242.769 euros en 2018, según datos publicados por la Casa Real.
Rivera, en un acto de El Economista (El Economista).
En esa precampaña de 2015, insistió en el asunto de la subida de los sueldos de los políticos en varios medios. Así, en el programa deportivo ‘El Larguero’ de la Cadena SER, Rivera afirmó que “hay gente con la que quieres contar y no puede dar ese paso porque no le compensa económicamente, en política hay que hacer un voto de honradez, no de pobreza”. “Encima viene el populismo y dice que hay que cobrar 1.800 euros para ser alcalde de Madrid o Barcelona. Muy bonito cuando luego coloca usted a los asesores, a su primo, a su cuñado”, sostuvo. Además, reconoció que cobraba 4.500 euros al mes y donaba el 10% al partido, que preside desde junio de 2006.
Rivera habló de crear una tabla salarial -tampoco se ha sabido nada de esto desde entonces- y defendió que los alcaldes no cobraran más que el presidente del Gobierno, que en 2015 tenía el sueldo congelado desde hacía más de tres en 78.185 euros anuales. Este año está fijado en 82.978 euros, que vienen a ser 12 pagas mensuales de unos 7.000 euros. Son unos 9.000 menos de los que ingresa Zapatero en 2009, antes del decretazo de mayo de 2010 que impuso un recorte de hasta el 15% en los sueldos públicos de los altos cargos del Estado.
Hay que tener en cuenta que los miembros del Consejo de Ministros no tienen derecho a pagas extraordinarias. Rivera pretendía que el sueldo que cobraba entonces Mariano Rajoy se asemejara más al de los mandatarios de nuestros países vecinos de la Unión Europea. Así, hace cuatro años, la canciller alemana, Angela Merkel, cobraba 270.000 euros; el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, más de 200.000; el presidente de Francia, François Hollande, 178.000 -prometió rebajar sus ingresos nada más llegar al Elíseo en un 30%- y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, 115.000 euros anuales.
Las presiones
Pero desde hace semanas, Rivera y su partido vienen sufriendo enormes presiones de varios medios de comunicación, del mundo empresarial y también de un sector de su partido y del PSOE para que facilite la investidura de Pedro Sánchez con el fin de que este no se abrace a Unidas Podemos, no dependa de los nacionalistas e independentistas y los ‘naranjas’ tengan un papel relevante diferente al que ya tiene el PP, que es el líder de la oposición.
Ciudadanos, al romperse las negociaciones con UPyD en 2015 para establecer algún tipo de colaboración/fusión/coalición/listas conjuntas se convirtió en el ‘tercer partido’, heredero de la mejor tradición liberal y socialdemócrata de la formación magenta. Esta voces que presionan desde decenas de columnas de opinión apelan a que Ciudadanos es útil como partido ‘bisagra’, con pactos a izquierda y derecha para no tener que depender jamás de nacionalistas, independentistas y comunistas. Puede y -según dirigentes propios- debe ayudar a la gobernabilidad de España, consolidando mayorías con democristianos y con socialdemócratas, como el resto de sus socios del Grupo Demócrata Liberal del Parlamento Europeo, para los que un pacto o un acercamiento si quiera con la extrema derecha es algo, a todas luces, impresentable.
Por lo tanto, ante este panorama, Rivera puede aspirar a ser vicepresidente del Gobierno y cobrar casi 78.000 euros al año. Exactamente, 79.991 euros, que son 12 pagas de unos 6.500 euros, lo que está ganando la actual vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. La otra opción es seguir esperando otros cuatro años más a ver si el PP sigue atravesando el desierto y acentúa su proceso de descomposición, pero eso conlleva más trabajo orgánico a nivel autonómico y local para sustituirlo como alternativa al PSOE y eso no se consigue en cuatro años. Si en algún momento, las encuestas de intención de voto vuelven a darle el 28% como hace un año, podrá, de nuevo, soñar con La Moncloa, y rescatar su propuesta de sueldo, aunque desconocemos si se atreverá o si sus asesores le aconsejarán que vaya por ese camino.
Mientras eso llega, Rivera sigue teniendo tres ingresos. Por un lado, el de diputado, con una asignación constitucional básica de 14 pagas anuales de 2.982 euros brutos y otras 14 pagas de 917 euros libres de impuestos de indemnización -cuya cuantía se verá incrementada cuando se configuren los trabajos en comisión. Por otro, el salario que le paga su partido -48.000 euros netos el año pasado- y, por último, el que le abona su grupo parlamentario -41.373 euros en 2018-.
Siendo vicepresidente del Gobierno ganaría mucho menos, porque son incompatibles estos tres ingresos con el sueldo que fija el BOE para el segundo miembro más importante del Ejecutivo. No obstante, es posible que esa pérdida de poder adquisitivo se vea compensada con tocar el ‘poder’: se sentaría en el Consejo de Ministros de los viernes, manejaría presupuesto, podría nombrar cargos de libre designación (jefe de Gabinete, jefe de Prensa, secretarios de Estado, subsecretarios de Estado, directores generales y otro tipo de personal eventual como asesor) a su antojo y hasta podría presidir las reuniones de coordinación preparatorias de los jueves con los secretarios de Estado.